Recientemente se ha celebrado el festival de Eurovisión y han sido muchos de los fans que han protestado por el supuesto «robo» de este año con la actuación de la querida y también odiada Melody. Pero esta no es la primera vez que quedamos en una posición similar, canciones que son las primeras en las apuestas, quedan últimas. Y luego un país en mitad de una guerra recibe la mayor puntuación del público, desde luego por su buena fama no se los llevarían.
Mi pregunta es, ¿realmente cuál es el objetivo de eventos de este tipo? ¿Es un concurso donde se valora el talento musical o la cantidad de poder y contactos que tengas? No debe sorprendernos que la única vez de los últimos años que hemos quedado en una buena posición, haya sido con una canción un tanto comercial que interpretaba una chica mona. ¿Ha sido la mejor canción que hemos llevado en las últimas décadas o simplemente la que mejor vende?
Deberíamos pensar si tanto espectáculo vale la pena para camuflar realmente las verdaderas intenciones de eventos como este. Si quieres lavar tu imagen como país, mejor date una ducha antes de formar todo un circo para arreglar tus intereses políticos. Porque si no, lo único que estamos consiguiendo es menospreciar el verdadero talento, premiando el dinero camuflado de espectáculo.
Sofía Soler Pindado – 1º Bachillerato