Peseta Street Journal

Era una soleada mañana de verano cuando un grupo de amigos llamados Martina, Álvaro, Carla y Marcos estaban deseando que llegase la tarde ya que habían quedado para irse a explorar un bosque que había cerca de su pueblo al que nunca habían ido. A medida que pasaban las horas y ya iba llegando el momento de dirigirse al parque, donde habían quedado todos ellos iban preparando una mochila con elementos básicos como: agua, comida, linternas, juegos,… 

Cuando ya estaban todos en el parque preparados, decidieron partir hacia el bosque. Tras media hora caminando todos estaban muy cansados pero lo bueno es que también estaban muy emocionados por llegar ya y empezar a explorar.

 Pero antes de adentrarse al bosque, Marcos les preguntó a sus amigos a qué hora tenían que estar en casa. Y es que si llegaban tarde, sus padres les iban a regañar. Todos respondieron que tenían que estar a las 21:00 de la noche, pero lo que pasaba es que habían llegado a las 19:30 y así no les iba a dar tiempo a llegar. Luego Martina exclamó enfadada que tenían que ir ya a casa porque si no sus padres la iban a regañar. Pero todos con un aire de calma le contestaron a ella que se relajara ya que les iba a dar tiempo de sobra. Luego ella un poco angustiada aceptó pero todavía no estaba de acuerdo. Después, de camino por el bosque de repente todos vieron una casa muy curiosa, era una cabaña de madera muy pequeña, entonces decidieron entrar y empezar a explorar. Dentro de ella, había lo típico de cualquier cabaña normal, la única diferencia es que la ropa que había en el cuarto era muy pequeña y contenía una “L” bordada en todos los lados de las prendas y los muebles estaban llenos de juguetes. Luego todos exclamaron que la cabaña era de una niña ya que todas las cosas eran pequeñas…

Ya eran las 20:30 y ya habían decidido volver hacia el pueblo, lo que pasaba es que iban hablando y no se estaban dando cuenta de que en vez de ir saliendo del bosque se estaban adentrando más y yendo por el camino equivocado… Fue ahí cuando llegaron cerca de un río y se dieron cuenta que así no iban a llegar pronto a su casa. Así que de pronto Martina vio una flecha en la tierra con la inicial de la “L” y entonces les exclamó que a lo mejor esas señales les llevarían al pueblo. A todos les gustó esa idea, así que decidieron ir corriendo por todo el bosque siguiendo las señales que había tanto en los árboles como en la tierra.

Finalmente, todos estaban agotados ya que habían estado un largo tiempo corriendo pero todos tenían la esperanza en que les faltase poco aunque fuesen las 20:54. Hasta que por fin…Todos se sorprendieron y gritaron al volver a ver el parque de su pueblo. En ese momento a Carla le encajó todo. Ya que la letra “L” coincide tanto en la ropa que había en la cabaña como la que había en la tierra tallada, en ese momento todos supusieron que quien había hecho eso era una niña que vivía en el pueblo y lo mismo esa cabaña era su zona de descanso donde para volver al pueblo utilizaba siempre las señales que ella había hecho. Aunque no lo supiesen verdaderamente, lo que sí sabían es que esa niña les acababa de salvar la vida. Para terminar, todos los amigos con una voz muy fatigada, ya que estaban agotados, se despidieron y todos volvieron a su casa con una alegría y euforia. Además de aprender que en todas las situaciones, tanto como si son malas como si son buenas, siempre va a ver alguna solución.

Sara Hernández Alonso – 1º ESO