Peseta Street Journal

Desde Lope de Vega hasta Shakira. Desde Federico García Lorca hasta Taylor Swift. Todos ellos han utilizado el arte para expresar sus emociones, ya sea a través de la literatura o de la música. Los artistas escriben canciones para volcar su alma en palabras y ayudar a verbalizar los pensamientos de aquellas personas que no pueden ponerlos en boca. Pero no solo sentimos emociones positivas, ¿verdad? También experimentamos ira, tristeza, e incluso despecho.

A lo largo de la historia se han publicado muchas canciones de amor que han alcanzado millones de reproducciones. Sin embargo, un estudio ha establecido que las canciones de desamor son mucho más recurrentes. De hecho, la canción más escuchada de Spotify es «Blinding Lights» de The Weekend, un himno del desamor, una canción que ha fortalecido a más de 1500 millones de personas. Porque la música es curativa, y más cuando nos ayuda a ver que no estamos solos, que hay personas con nuestros mismos problemas.

Además de ser de gran ayuda para nosotros, es aún más beneficioso para los artistas que las componen. Según muchos estudios de psicología, cuando lees tus propias ideas te das cuenta de lo claras o borrosas que están. Las observas desde otro punto de vista y te lleva a aclararte, y de alguna manera, a pasar página. Plasmar en un papel tu rencor es dejarlo ir, dejar que se lo lleve el viento.

Entonces, ¿cuál es el inconveniente? Son como tiritas que cierran las heridas, y no solo para los compositores, sino también para los oyentes. La música une. Nos lleva a todos los que hemos pasado por rupturas y desamores a darnos la mano, y encaminarnos hacia una vida sin rencor, sin despecho.

Laura Cruz. 2º Bachillerato.