Si murieras ahora mismo, ¿qué habrías conseguido a lo largo de tu vida? ¿Cuáles habrían sido tus últimas palabras? ¿Cuál ha sido la razón de tu última discusión? ¿Quién se llevó tu último abrazo? ¿A quién le tienes rencor? ¿Cuál fue tu última risa? Y la pregunta más importante: ¿te arrepientes de algo?
No sé si mi existencia ha sido importante, tampoco sé si alguien me echaría en falta. ¿He sido un salvavidas para alguien? ¿He dado lo suficiente? ¿He hecho algo por lo que se me pueda recordar? ¿He conseguido lo que quería? ¿He terminado todo lo que me quedaba por hacer? ¿He cumplido todas mis promesas? ¿He superado mis miedos? ¿He podido ser el tipo de persona que quería? ¿He vivido para mí o para otros? ¿He disfrutado todo lo que quería? ¿He sido perfecta en algún aspecto? ¿He llevado algún secreto a la tumba? ¿He amado todo lo que podía? ¿Me ha faltado tiempo?
Algún día podré responder estas preguntas. En un futuro cercano o lejano, pero lo haré.
Lo siento por todas las veces que he podido fallar o molestar a alguien. Lo siento si no he conseguido lo que querías. Lo siento si he tenido miedo. Lo siento si no he terminado de escribir ese relato. Lo siento si no he ganado ese torneo. Lo siento si no he llegado a tiempo. Lo siento por haberte gritado. Lo siento por haberte abrazado cuando no querías. Lo siento si dije alguna tontería. Lo siento si me enfadé sin razón. Lo siento si rompí algo que te importaba. Lo siento por no haberte podido contar todo lo que anhelaba. Lo siento por mentirte. Lo siento por todas las veces que lloraste por mi culpa. Lo siento por todas las veces que intenté ayudarte y… no lo conseguí.
Sé que no puedes perdonar tantas cosas de repente, pero espero que lo hagas poco a poco.
Por todos los sueños que tengo, por todas las pesadillas que no conté, diré un secreto:
No soy invencible. Tengo miedos y preocupaciones. No soy todo sonrisas ni amor. Tengo mis límites y mis metas. No soy perfecta, ni siquiera me acerco. Sí, sí tengo envidia. Sí, sí tengo ansiedad. No, no soy tus prejuicios. No, no tengo tanta paciencia. Sí, sí soy perfeccionista. Sí, sí tengo secretos. No, no tengo risas infinitas. No, no tengo tiempo para todo.
Si muriera ahora mismo, gritaría, sin miedo ni preocupación, “te quiero”; estaría dirigido a ti, a la persona que escribe esto. A veces, tienes demasiadas ganas de que alguien te comprenda, te preste atención, te quiera y cuide. Es normal. En algún momento entenderás que solo tú puedes decirte algo y te lo creas. No tengas miedo de tí, ni del futuro.
Recuerda que un examen no te dice quien eres ni quien serás.
Recuerda que la única persona que estará contigo, en las buenas y en las malas, serás tú.
Recuerda que guardar un secreto demuestra cómo eres.
Recuerda que una caída, dentro de un tiempo, puede ser un éxito.
Recuerda que no eres la persona que los demás dicen, sino la que has estado preparando para algo más grande.
Si muriera ahora mismo, tendría un miedo grande y aplastante. Tengo miedo a la muerte.
¿Y qué pasa?
1º ESO