Vinicius, Rodrygo, Rudiger, Mendy, Alaba, Camavinga, Endrick, Mbappe, Tchouaméni, ¿A todos ellos se les insulta por su raza, o solo a Vincius?
El tema del racismo en España está en alza, y esto se debe al fútbol, uno de los productos más mediáticos que tiene este país, en concreto a un jugador en específico: Vinicius José Paixão de Oliveira Júnior. Durante los últimos años, la figura de este jugador ha ido creciendo, no solo por sus logros y gran nivel futbolístico, sino también por sus actitudes dentro del terreno de juego que le han puesto en boca de todos los medios. Actitudes que se traducen en provocaciones y gestos hacia los jugadores y aficionados del equipo rival y que acaban por desquiciar a la grada que se cansa de su comportamiento infantil.
¿Es justo que Vinicius reciba estos insultos? Que el brasileño sea un deportista con actitudes lamentables no justifica el comportamiento de los aficionados. “Mono, negro, payaso”,… y demás son diferentes calificativos que ha recibido a lo largo de su carrera en el Real Madrid, adjetivos que son totalmente deplorables de escuchar en un campo de fútbol con una capacidad de ochenta mil personas, y que muchas veces acaban con las respuestas del jugador que incita aún más a la grada, lo que acaba convirtiendo esto en un toma y daca de provocaciones que ninguno de los dos bandos es capaz de parar.
Y ahora la pregunta es: ¿España es racista? El caso de Vinicius no es un caso aislado en los deportes. Por desgracia es un tema que repercute en todos sus géneros, casi el 80% de deportistas subsaharianos denuncian haberse sentido discriminados en algún momento de sus vidas, ya sea por su color de piel o por sus rasgos físicos, algo que no se debería permitir hacia personas que solamente están ejerciendo su profesión, ya sea como el caso reciente de Ana Peleteiro en los juegos olímpicos de París.
Si investigamos a fondo nos damos cuenta que el problema proviene de las escuelas, en las que principalmente estas discriminaciones se reflejan debido a la falta de adaptación de los niños inmigrantes. Además, en estos tiempos las redes sociales juegan un papel fundamental, es ahí donde la gente deja comentarios de odio y xenofobia sin ningún tipo de vergüenza, por el anonimato que suponen y la inmunidad que estas conllevan, con la finalidad de desmoralizar y ofender, creando en ocasiones un ambiente irrespirable en nuestra sociedad.
Querría dejar caer el planteamiento de leyes contra la xenofobia y el racismo, del mismo modo que se ha hecho contra la violencia de género y el machismo. Es un tema que se debe intentar enseñar en los colegios y en las casas desde pequeños. No podemos permitir que se discrimine a alguien por simplemente ser él, independientemente de sus rasgos y peculiaridades, como reconoce la Constitución Española, o haber nacido en un lugar u otro. Nadie es más que nadie.