Peseta Street Journal

La idea de que los robots puedan algún día reemplazar a las mascotas es una perspectiva que genera una serie de preocupaciones y desafíos significativos. Aunque la tecnología ha avanzado considerablemente en la creación de robots con apariencia y comportamiento similares a los de los animales domésticos, hay varias razones por las que no deberíamos considerar esto como una alternativa deseable.

En primer lugar, la relación entre los humanos y sus mascotas es una fuente inigualable de alegría, amor y apoyo emocional. Los lazos afectivos que se crean con los animales son profundos y enriquecedores, y ofrecen beneficios terapéuticos invaluables. Los robots, por muy más avanzados que sean, no pueden replicar la autenticidad de estos lazos y la conexión emocional que se establece con los animales. En enero de 2022, uno de los ejemplos de mascotas robot existentes es «Aibo» de Sony. Aibo es un perro robot diseñado para parecerse y comportarse como un perro real.

Además, los robots no pueden satisfacer las necesidades emocionales de las personas de la misma manera que las mascotas. La interacción con animales vivos promueve la empatía, la compasión y la responsabilidad, mientras que los robots simplemente ejecutan comandos programados. Privar a las generaciones futuras de la oportunidad de aprender sobre el cuidado de los seres vivos y desarrollar habilidades sociales sería un error.

En última instancia, la idea de reemplazar a las mascotas con robots socava la importancia de la biodiversidad y el respeto por todas las formas de vida en nuestro planeta. Promover la creación de robots que imiten a los animales podría perpetuar la idea de que los seres vivos son intercambiables por máquinas, lo que no es ético ni sostenible. En lugar de buscar sustituir a las mascotas, debemos enfocarnos en la preservación y el bienestar de las especies animales y en la promoción de relaciones genuinas entre los humanos y los animales de compañía.

Claudia Enebral Arroyo 2º Bachillerato