Peseta Street Journal

Por los pasillos de bachillerato de cada instituto, pese a la calma y la concentración, se escucha un leve ruido constante, el runrún que solo puede generar la disconformidad. Todo este descontento está producido por los alumnos del bachillerato tecnológico, y gira más precisamente, sobre la asignatura de filosofía. La filosofía según la RAE es “el conjunto de doctrinas que establecen el conocimiento de la realidad y del sentido del obrar humano”.

Pero, ¿para qué le sirve esto a un futuro ingeniero o doctor?

Como hemos podido entender por su definición oficial, la filosofía es una rama orientada al pensamiento, comúnmente relacionado con la modalidad de las humanidades. Debido a esto, los alumnos de los otros tipos de bachillerato se suelen quejar de que ellos tengan que lidiar con esta asignatura, y sobre todo, por su participación en la media final, mientras que los alumnos que acuden a la modalidad de ciencias sociales tienen un tipo de matemáticas distintas al del resto, supuestamente más fáciles. ¿Es acaso esto justo?

El dicho es “quien vale vale y quien no a letras”, pero viendo más allá de las estupideces y razonando, lo normal es que las matemáticas del bachillerato no tecnológico vayan enfocadas de otra manera, por un mero hecho de utilidad para su futuro, que es para lo que nos prepara el bachillerato. Sin embargo, ¿no se podría pensar igual con la filosofía?

Para valorar esta pregunta, y atreverse a insinuarla, hay que valorar el hecho de que la filosofía es una asignatura distinta a las demás. Durante la vida de un estudiante, las materias como matemáticas o inglés van subiendo de nivel a la vez que vamos avanzando cursos, pero filosofía no entra en el temario hasta que ya tenemos una avanzada edad. Esto es debido a que es una asignatura compleja, no se puede comenzar desde una temprana edad porque no habría por dónde empezar. El término complejo es una palabra que se puede atribuir a múltiples cosas, pero en este caso, es complejo debido a que hace a las personas razonar.

Independientemente de qué quieras ser en el futuro, todas las personas adultas necesitan la capacidad de pensar, y es una cualidad que no te puede aportar ninguna otra asignatura. Por esto, la filosofía es una asignatura imprescindible, ya que no solo nos enseña a razonar, sino que también te desarrolla como persona, haciéndote madurar y ayudándote a crear tu propia forma de reflexionar, lo cual es mucho más útil de lo que se ve a simple vista.

Porque, ¿tampoco queremos una sociedad sin pensamiento, verdad?

Miguel Cuesta – 1º Bachillerato