Todos tendemos a “magnificar” nuestros defectos. Pero allí donde nosotros solo vemos cosas negativas, otros ven una virtud. Y es que todo depende del cristal con que lo mires.
Lo mucho que te aprecies, ames, aceptes y valores a ti mismo es muy importante. Durante la adolescencia, una etapa de la vida de grandes cambios, se tiene poca autoestima o bien, es baja. A esto no se le da apenas importancia pues se cree que es algo pasajero pero en muchos casos, no es así y se arrastra la carencia de autoestima durante toda la vida, perjudicándote en tus relaciones sociales y emocionales con las demás personas.
La autoestima es un juicio de valor que se expresa en actitudes de la persona hacia sí misma. Tener una buena autoestima y un autoconcepto positivo de uno mismo, es esencial, pues te permite confiar en ti mismo, en tu capacidad de pensar y tomar decisiones y en la búsqueda de la felicidad. Sin embargo, sin ella, nuestro ánimo empeora y la forma en la que nos relacionamos también. Padecer una baja autoestima genera mucha inseguridad,
además de que te vuelves una persona hipersensible e intolerante. Pero también tenerla excesivamente alta, te hace creer que eres superior a otros, presumir de logros que en realidad no has alcanzado y minusvalorar a los demás.
Muchos creen que tener una baja autoestima es algo que no se puede fortalecer y que ya será así para toda la vida, pero eso no es así y hay muchas maneras de fortalecerla para poder llegar a tener una relación sana con uno mismo.
No existe ningún problema, ni ningún tamaño de problema que resista una decisión. Puedes tener problemas del tamaño que quieras, pero, toma la decisión. A veces adecuada, a veces no tanto, pero toma una decisión y verás como se soluciona. Aparecerán otros pero ese habrá desaparecido. Muchas veces no te gustará la decisión que hayas tomado pero está en ti el cambiarla tantas veces como desees. Es tu vida, y nadie tiene porque interferir en ella. Solo tú tienes el poder de hacerlo. La vida, desde luego, no es un camino de rosas. A lo largo de ella nos iremos encontrando obstáculos y algunos problemas que nos pondrán las cosas difíciles. Lo importante es mantenerse firmes ante ellos y pensar que en el fondo sin esas pruebas nuestra vida estaría vacía.
Hay cosas que puedes hacer para cambiar la percepción que tienes de ti, y hay que hacerlas y además ser constante.No culpabilizarte de todo lo malo y felicitarte por tus logros son cosas básicas para empezar a cuidar tu autoestima. Deja de hacer caso a las críticas destructivas de otros y céntrate en tu meta, con esfuerzo y perseverancia, y sobre todo con fe en ti mismo, lo lograrás. Es esencial conocerte profundamente para saber detectar que te
hace bien y que te hace mal, y así poder facilitar el proceso de cambio. Dudamos, tememos de dar un paso equivocado, y al final, nuestra inmovilidad es el mayor de los errores. Tal vez la falta de autoestima nos lleva a dudar de nuestras propias decisiones, pero ante unobstáculo, hay que dar un salto. Una vez detectado esto, se abrirán nuestros ojos y empezaremos a ver con claridad y tomaremos fuerza, pues hemos descubierto de nosotros mismo lo que queríamos descubrir.
Tener una buena autoestima, nos ayuda a sentirnos bien, a motivarnos para conseguir aquello que queremos y sentirnos más seguros ante aquello que nos preocupa. La confianza en uno mismo es la clave del éxito. Lo que te define no es el número de veces que te estrellas, sino el número de veces que te levantas y vuelas.
Irene Ávalos. 4º ESO