El 1 de marzo del año 2020 llegaba a España, procedente de China, el hoy bien conocido Covid-19. Se iniciaba entonces en nuestro país una pandemia que finalizaría el 5 de julio de 2023. Fueron más de 3 años, más de 120.000 muertos.
4 años después del inicio, el 13 de noviembre del pasado año, se estrenaba desde RTVE el documental 7291. Dicho número hace referencia a los muertos durante la pandemia en las residencias de mayores en la comunidad de Madrid, debido a los llamados protocolos de la vergüenza.
Los antes citados protocolos son referidos a que, durante el transcurso de la pandemia, la Comunidad de Madrid complicó la derivación de ancianos desde las residencias a los hospitales. Analicemos ahora el porqué. El dónde está la necesidad de plagar este artículo de números, cifras y datos variados. Por qué. La respuesta radica en que, a día de hoy sigue sin conocerse el número exacto de fallecidos.
De acuerdo con los datos proporcionados por el INE hubo 4.143 fallecidos. Si se le pregunta al ministerio de Asuntos Sociales, la cifra se eleva a algo más de 6.900. Ahora bien, el ya mencionado documental afirma que fueron 7.291 ancianos los que perecieron.
No vamos a entrar a valorar quien tiene o no razón, si el gobierno central, diversas organizaciones o el gobierno de la comunidad de Madrid.
El problema radica en que, la cifra 7.291, está sacada de un libro de Manuel Rico, periodista de Infolibre. El fallo está en que es ese mismo periódico, Infolibre, quien le ha dado publicidad al libro, quien ha popularizado el término protocolos de la vergüenza. Que todo el asunto haya desembocado en un documental de RTVE (televisión pública). Que lo ocurrido en la pandemia se haya convertido en la punta de lanza del PSOE-M y de Más Madrid para conseguir el gobierno de la capital de España. Todo vale con tal de obtener rédito político, con tal de alcanzar el ansiado sillón.
Si de verdad se quisiera esclarecer el asunto, tanto el gobierno central como el regional habrían abierto sendas investigaciones, y, sin embargo, las que hubo en su día se archivaron no habiendo llegado a nada.
Sea como fuere, nuestros «amados» políticos nos han demostrado una vez más que no están a la altura de las circunstancias. Decepción. Palabra más idónea para esta situación. Unos, por no saber más que protestar, y utilizar a nuestros mayores fallecidos como arma. Deplorable. Y otros, por negarlo todo, pero a día de hoy seguir sin esclarecer nada.
Tengan un mínimo de respeto por los ancianos, por aquellos familiares de provecta edad que nos dejaron por el Covid.
Respeto. Quizás deberíamos empezar por esto.
Mario Maldonado Jaramillo – 4º ESO