El 17 de enero de 1936, el ministro de propaganda de Hitler proclamó que se debería gastar más en cañones, «porque estos nos hacen más fuertes y la mantequilla solo nos hará engordar». La frase aludía a la teoría de la frontera de posibilidades de producción (FPP) enunciada por Hermann Goering. Según esta, una economía puede producir cantidades óptimas de dos bienes: cañones o mantequilla. Hacer más cañones conlleva producir menos mantequilla, y viceversa.
Hogaño, el mundo parece haberse parado en seco desde el estallido de la guerra de Ucrania: Rusia ha cerrado el grifo a Europa, y se encuentran ante la vertiginosa posibilidad de quedarse sin gas este invierno. Los precios están disparados a causa de las importaciones estadounidenses, y mientras sus facturas se inundan de ceros, las empresas mayoristas llenan sus bolsillos. El Gobierno ha tomado medidas para hacer frente a esta escalofriante realidad: se ha implementado la excepción Ibérica, así como el bono eléctrico social para las familias con rentas bajas, pero apenas han hecho mella en los números rojos de la decadente economía.
El verdadero problema yace en que el precio del gas es especulativo. Empresas como Endesa, que antes pertenecían al Estado, al privatizarse se encuentran con la libertad de establecer los precios que les convengan, y así se encuentran con recibos desorbitados.
Francia hace unos meses tomó la iniciativa de nacionalizar la mayor eléctrica del país para aprovechar su fuerza nuclear y no depender de la energía rusa, pero es una medida imposible de llevar a cabo en España, donde el punto fuerte realmente es regasificar y no producir.
Por tanto, a menos que se fijen precios máximos para la energía, es probable que este problema sólo empeore. Los mayoristas seguirán haciéndose más ricos, y el pueblo empezará a untar el pan con voltios, que será en lo que gasten su salario.
Brontë. 2º Bachillerato